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Chile

9 de Abril de 2010.- El "sueldo de Chile". Así fue definida la producción de cobre tras su nacionalización en 1971.¿Pero por cuánto tiempo más? Cerca de 70 años, según los niveles de reservas y recursos de cobre fino contenido en mineral que maneja el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) con cifras a 2007. Chile tiene casi 218 millones de toneladas de recursos de cobre (concentración con probabilidad razonable de ser extraída), y cerca de 150 millones de toneladas en reservas (recursos de explotación probada o probable).

En tanto, se extrae un promedio anual de 5,5 millones de toneladas métricas de cobre fino en el país; es decir, cada año "desaparece" un yacimiento tipo Candelaria (de Freeport McMoRan Copper & Gold), explica el subdirector Nacional de Geología de Sernageomin, Waldo Vivallo.

La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) prevé que la producción de este año será de 5,7 millones de toneladas, y 5,9 millones en 2011. Con este ritmo de producción y un total cercano a 368 millones de toneladas entre reservas y recursos, Chile tiene asegurado el futuro por siete décadas más.

Pero gran parte del cobre en Chile está en sulfuros (67% del total de recursos y reservas), forma del mineral más caro de explotar y que tiende a ser de menor ley (calidad). Los óxidos, concentraciones de cobre de mayor ley, apenas alcanzan 8%. Y según muestra la tendencia desde 2001, a medida que se vayan reponiendo las reservas con nuevos recursos para compensar la explotación anual, el cobre provendrá más de sulfuros.

Es decir, los yacimientos que se exploten en los próximos 70 años serán de cada vez más baja ley. La evolución de la ley del mineral en Chile a 2001 estaba cercana a 0,8%, y hoy está en 0,7%. La calidad de corte (mínimo preferido) está en cerca de 0,4%.

El presidente del área de metales base de BHP Billiton, Diego Hernández, precisa que hoy las reservas son de volúmenes grandes pero de ley inferior a 20 años atrás. "En términos relativos tenemos reservas que antes no eran atractivas y que hoy, con las proyecciones de precio del cobre a futuro, hay que enfrentarlas con una estructura de costos más alta".

Es así que con el avance de los años, Chile tendrá cobre, pero costará más extraerlo y su calidad será menor. Hoy el país genera más del 30% del cobre mundial, sobre 50% de sus exportaciones son de este metal, y la participación de la minería cuprífera en el PIB nacional está en 13% (la cifra se vio afectada por la crisis mundial, y se espera que retome el 15% que tenía antes de la debacle).

Pero las variables pueden cambiar. "Nada nos dice que en el futuro alguna otra región del mundo pueda comenzar a desarrollar recursos o procesos acelerados, y alcanzar la producción y nivel de reservas que tiene el país", precisa Vivallo.

Porque literalmente, queda todo un mundo por explorar. Estimaciones del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS en inglés) prevén que todavía quedan por descubrir cerca de 1.300 millones de toneladas de cobre en recursos sólo en la Sudamérica andina. Un cálculo preliminar indica que los recursos cupríferos globales por conocer excederían las tres mil millones de toneladas.

A esto se suma el hecho de que el aluminio, el titanio y el acero son cada vez más atractivos sustitutos del cobre en la fabricación de cables, equipos eléctricos, radiadores de automóviles y tubos de refrigeración, y la fibra óptica sigue ganando terreno en las telecomunicaciones,entre otros.

El factor E

De la exploración depende, entonces, el futuro cuprífero de Chile. Una actividad que a a su vez está fuertemente correlacionada con los altos y bajos de los precios del commodity.

Pero Chile ha perdido terreno. Hace tres años que dejó de ser el primer destino de inversión en exploración de no ferrosos en América Latina. La región a su vez sigue siendo la más popular para estas asignaciones (desde 1994).

Chile hoy está tercero después de Perú y México en la región y séptimo a nivel mundial, según las tendencias a 2009 de presupuestos de exploración global de metales no ferrosos del instituto de estadísticas Metales Economics Group (MEG).

Las asignaciones financieras para exploración en el mundo tuvieron una tremenda caída por la recesión. En total se gastaron
US$ 7.320 millones el año pasado (sin uranio), tras los históricos US$ 12.600 millones de 2008. El grueso de presupuestos en Chile siguió concentrado en la minería del cobre (73%), siendo uno de los 40 países que atrajo más de US$ 30 millones el año pasado.

Y fue el único país donde más de la mitad del gasto (52%) fue a exploración en torno a clusters mineros concidos, aquellos distritos que están en el cinturón tradicional de recursos mineros entre Tarapacá, Antofagasta y Atacama. Allí se encuentran Chuquicamata, Collahuasi y Escondida.

Pero también está aquella terra incognita por descubrir, que puede dar grandes sorpresas como El Teniente, propiedad de Codelco, ya que nadie había imaginado que al sur de Santiago estaba uno de los depósitos más ricos de cobre del mundo.

Minería congelada

Y a diferencia del resto del mundo, en Chile la exploración no las lideran las mineras juniors, que nacen, viven y mueren para descubrir yacimientos. Es la gran minería la que lleva el tema y la que lidera las concesiones de propiedades para explotación y exploración, que permite el Código Minero.

Pero nada las obliga a cumplir con esos proyectos y mantener la propiedad se remite al pago de patente.

Alrededor del 35% de la superficie de las tres regiones tradicionales de minería en el norte está concesionado para exploración; apenas 1% está activo, y el resto es propiedad cautiva. "Puede transformarse en un freno a la exploración y el ingreso de nuevos actores. Porque las empresas grandes, no sólo Codelco, son propietarias de los sectores más atractivos. Están en su derecho de hacer lo que quieran. Pero si se sigue congelando potencial exploración, afecta el potencial de Chile", dice Vivallo.

Esto puede motivar mirar otras latitudes, advierte el director ejecutivo de MEG, Michael Chender. "La inversión en exploración no es leal a un país, sino a las oportunidades. Influye también el precio y cuánto cuesta explotar".

La pérdida de atractivo de Chile para atraer inversión en exploración, es preocupante, insiste Vivallo. "Esta menor competitividad corresponde a factores como la falta de información geocientífica y el régimen de propiedad minera. No hay ninguna obligación o incentivo para liberar sus propiedades o invertir en desarrollo". Y si bien la gran minería financia la actividad con recursos propios, no deja de ser una actividad de alto riesgo (DF).

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