Chile
El litio, las energías solar y marina y el uso de algas locales para la medicina se alzan como sectores en los que el país corre con ventaja para destacar a nivel global.
Lunes 16 de Mayo de 2016.- Es sabido que Chile es el mayor productor de cobre del mundo, que los vinos del país están presentes en los lugares más apartados o que los cielos del norte son los más nítidos para la investigación astronómica.
Y está claro también que junto con potenciar las áreas en las que ya es líder, un país que pretende alcanzar el desarrollo necesita expandir el abanico y apostar por nuevas industrias en las que se pueda convertir en líder.
Eso es justamente lo que están intentando concretar algunos visionarios, tanto del mundo de la academia como de la industria.
Si de negocios concretos se trata, el que hasta el momento lleva la delantera es el de la minería del litio, material que se ha vuelto esencial para la fabricación de las baterías de los autos eléctricos.
Un poco menos conocidas, pero donde Chile cuenta con recursos inigualables, son las industrias ligadas a las energías marina y solar, que están en plena fase de expansión. Asimismo, otra área en la que Chile puede liderar una revolución es la medicina regenerativa vinculada a las algas.
La energía solar chilena se puede exportar al mundo
En la actualidad, la energía solar es la mayor fuente de ERNC a nivel mundial y su desarrollo ha avanzado mucho en los últimos años. Y Chile está en una posición natural inmejorable para ser uno de los actores más relevantes de esa industria. Así lo cree Werner Platzer, director del Centro de Tecnologías para Energía Solar de Fraunhofer Chile Research, quien asegura que el país cuenta con los niveles de radiación solar más altos del mundo. “De hecho, la radiación solar no solo puede proveer de toda la energía que necesita el país, sino que, además, es posible venderla a naciones vecinas”, apunta.
En términos concretos, Platzer agrega que para los productos del inicio de la cadena de valor, como células solares o materiales de silicio, la competencia global dificultará la producción local, por lo que hay más oportunidades en la adaptación de productos a nivel nacional.
El experto comenta que en la consolidación del sector, es importante el desarrollo de un sistema de transmisión eficiente, que permita operar al mercado de manera fluida, transmitiendo la energía desde los puntos de generación hacia los centros de demanda. “Además, es importante el desarrollo y consolidación del mercado de la energía distribuida, para aprovechar el potencial que hay en las ciudades, a través de la instalación de sistemas solares en techos de casas, edificios, centros comerciales y otros espacios públicos como estacionamientos”, dice.
El mar ofrece una fuente de energía poderosa
Con más de 4.300 kilómetros de costa, Chile es territorio fértil para el desarrollo e implementación de tecnologías ligadas a la energía marina. Se trata de una fuente de poder menos desarrollada, pero que si se aprovecha de manera adecuada permite reemplazar gran parte de la demanda mundial de energía eléctrica, o de agua potable o de riego. “Existen dos áreas fundamentales donde se deben focalizar las competencias. La primera, se refiere a las distintas especializaciones tecnológicas de la ingeniería como la metalurgia, los compuestos, la electrónica de potencia, transferencias de datos (…). La segunda tiene relación con la adaptación de estas tecnologías o técnicas en las operaciones marítimas”, dice Luc Martin, director ejecutivo del Centro de Investigación e Innovación en Energía Marina (Meric, por su sigla en inglés).
El experto asegura que tanto el Gobierno como el sector privado y las universidades tienen ya conocimientos y experiencia ligada al océano, y que ahora la próxima etapa es reorientar esos conocimientos y capacidades a la energía marina renovable. “Chile tiene la oportunidad única de integrarse en el sector de la energía marina, aprovechando dichas competencias y colaborando a nivel mundial con actores de países desarrollados como Japón, Francia, Reino Unido, Estados Unidos o Canadá”, dice.
El litio “moverá” la industria del transporte
El mes pasado, el fabricante de autos Tesla anotó un récord al recibir 325 mil órdenes para adquirir su futuro Model 3. El interés por el automóvil es solo el reflejo de una industria que está migrando hacia la electricidad como fuente de energía y donde Chile puede tener un rol gravitante.
El país, junto a Argentina y Australia, es uno de los principales productores de litio, un mineral esencial para las baterías de los vehículos eléctricos.
Para hacerse una idea del impacto de este negocio, Goldman Sachs estima que la demanda por litio podría triplicarse de aquí al año 2025.
En Chile, el litio ha estado envuelto en varias polémicas. El gobierno del ex Presidente Piñera impulsó una licitación internacional de concesión, que inicialmente ganó SQM y fue invalidada poco después.
En el actual Gobierno se formó una comisión para analizar la explotación sustentable del mineral, donde se definió su carácter estratégico y se mandató a Codelco para que lidere su desarrollo mediante alianzas público-privadas.
Actualmente, dos empresas -SQM y Rockwood- son las mayores productoras locales. Junto a ellas también está Minera Salar Blanco, firma ligada a Martín Borda (Multiexport), que busca ser más que un mero productor. Según ha declarado la compañía, su intención es producir en Chile cátodos de litio, que son una de las piezas más importantes de una batería.
El Mercurio