España
Viernes 12 de Agosto de 2016.- El grupo español de energías renovables Abengoa, amenazado de quiebra, anunció la conclusión de un acuerdo de recapitalización y reestructuración de su deuda con sus acreedores y diez fondos de inversión, que prevé una inyección de 655 millones de euros de dinero fresco.
Según consignó la agencia AFP, al cabo de unas negociaciones maratonianas con bancos y “hedge funds”, la multinacional con sede en Sevilla indicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que la financiación acordada asciende a 1,169 millones de euros.
Esta cantidad incluye 515 millones ya acordados a la empresa a título de refinanciación de su deuda, en tres operaciones efectuadas los pasados septiembre, diciembre y marzo.
De esta forma, la aportación de dinero fresco se eleva a casi 655 millones. El acuerdo incluye 30 millones de euros para posibles contingencias en el proyecto A3T de México de ecogeneración de energía eléctrica y térmica.
Abengoa había sido puesto en preconcurso de acreedores a fines del pasado noviembre, tras acusar las consecuencias de un crecimiento acelerado en el extranjero no siempre acorde con las previsiones.
En virtud de la arquitectura del acuerdo financiero, el 100% de los accionistas actuales, entre los que está la familia Benjumea, fundadora de la empresa, pasará a tener el 5% del capital.
Por su lado, los bancos suscriptores (Banco Popular, Banco Santander, Bankia, Crédit Agricole y CaixaBank) tendrán un 5% del capital, los diez fondos de inversión el 50% y otros acreedores un 40%. Estos últimos deberán aceptar una quita del 70% de la deuda en su poder.
Los “hedge funds” firmantes son Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Capital Advisors, Centerbridge Partners, the D. E. Shaw group, Elliott Management, Hayfin Capital Management, KKR Credit, Oaktree Capital Management y Värde.
En marzo, la justicia española le acordó a Abengoa un plazo de siete meses para reestructurarse y evitar la quiebra.
La semana que viene, el plan será presentado a los demás acreedores y se convocará una junta extraordinaria de accionistas, que deberá tener lugar hacia mediados de setiembre.
Con esto, a fines de octubre a más tardar se espera presentar a la justicia el nuevo acuerdo, que para ser válido deberá contar obligatoriamente con la ratificación del 75% de los acreedores.
Desde comienzos del 2016, el grupo redujo su personal, que pasó de casi 22,000 a 17,500 empleados, parte de ellos en Brasil al desprenderse de sus actividades en el área de biocombustibles.
La empresa española, surgida como una compañía familiar y que en los últimos años se había expandido aceleradamente en el plano internacional, en especial en América Latina, registró pérdidas por 1,200 millones de euros en 2015.
En el primer trimestre de 2016 el rojo del balance fue de 340 millones de euros.