Chile
Gran parte de estas centrales ya construidas son a carbón o hídricas, justamente las fuentes más baratas. Esto explicaría en parte la decisión del Gobierno de tomar ciertas medidas que podrían favorecer a este tipo de centrales, comentan fuentes.
Viernes 22 de Julio de 2016.- Las próximas licitaciones eléctricas del 27 de julio podrían dañar el desarrollo de nuevas inversiones, y hacer fracasar el plan de incorporar más proyectos de gas a la matriz, advierten en la industria.
Según consigna El Mercurio, el principal objetivo del Gobierno es continuar con la baja en los precios y aumentar la competencia, pero no a costa de cualquier cosa. Las empresas se juegan parte importante de sus contratos -próximos a vencer- en este proceso, y no adjudicarse bloques les supone un gran riesgo. Gran parte de estas centrales ya construidas son a carbón o hídricas, justamente las fuentes más baratas. Esto explicaría en parte la decisión del Gobierno de tomar ciertas medidas que podrían favorecer a este tipo de centrales, comentan fuentes.
Las bases de licitación actuales admiten que, de subir el impuesto verde en el futuro, las empresas adjudicadas que utilicen centrales termoeléctricas podrían solicitar a la Comisión Nacional de Energía (CNE) que se revise el precio adjudicado con el fin de traspasar a los usuarios finales ese aumento. Hoy el precio establecido por este impuesto a la emisión es de US$ 5 por tonelada de CO {-2} , pero un estudio contratado por la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera) a Quiroz y Asociados señaló que el promedio de este impuesto durante los 20 años de contrato de suministro alcanzaría un valor de US$ 18 por tonelada de CO {-2} . Por eso, estima Acera, las ofertas que se adjudiquen a las carboneras conllevan “un riesgo evidente de alza de precios en las cuentas de la luz para los usuarios finales”.
Andrés Romero, secretario ejecutivo de la CNE, explicó a la publicación que “nadie puede asegurar hoy si el impuesto verde subirá de su actual nivel”, y si no incorporan esta cláusula, los oferentes tendrían que incluir una prima de riesgo por esos eventuales incrementos, sin la certidumbre de que estos ocurriesen. “Dicha prima por riesgo posiblemente resultaría mayor que el posterior aumento real”, dijo.
Acera asegura que si la oferta se adjudica a centrales térmicas, la inversión nueva sería prácticamente nula, porque la mayoría de esas plantas ya están construidas. Sin embargo, Romero aseguró que esperan un alto grado de competencia y participación de actores nuevos y existentes, al igual que en la última licitación.
Lo anterior no sería lo único que facilitaría la presencia de otras fuentes por sobre el gas. Conocedores explican que empresas como IC Power, Gas Natural Fenosa y Enap estarían viendo complicadas sus opciones de ganar bloques.
La razón es simple. El precio del gas depende del petróleo, que por ahora está bajo, pero podría no estarlo en el futuro. El Gobierno quiere evitar a toda costa que se presenten ofertas baratas que, al comenzar a suministrar en 2021, signifiquen precios más caros. Por eso, a diferencia de procesos anteriores, ahora fijó un precio de referencia basado en estimaciones que, para la industria, estarían por sobre las previsiones de la mayoría de las agencias y no les permitiría a los proyectos de gas hacer ofertas tan competitivas como el carbón y la hidroelectricidad. Según Romero, “los datos no los inventamos nosotros”, sino que es el escenario más probable de ocurrencia según el Departamento de Energía de Estados Unidos. “Nuestro objetivo es asegurarle los mejores precios y con la mayor estabilidad posible a los clientes finales”, aseguró.