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Chile

Después del rescate de los mineros, el gigante cuprero gubernamental tiene otro trabajo que hacer.

22 de Octubre de 2010.- Durante la campaña presidencial el año pasado, Sebastián Piñera, que se convirtió en Presidente de la República en marzo último, habitualmente criticó a Codelco, la compañía cuprífera en manos del Estado, por su ineficiencia, su estancada producción y costos en aumento. Sin embargo, fueron ingenieros de Codelco los que estuvieron a su lado este mes cuando quedaron atrapados 33 mineros desde el 5 de agosto en la mina privada de cobre y oro San José, en el norte de Chile.

Otra gran compañía minera ayudó con equipamiento y asesoría. Pero Piñera eligió a Codelco, que maneja el mineral de El Teniente, para liderar la operación de rescate. Encaramado a dos mil 500 metros al sur de Santiago, El Teniente está muy lejos de la oscuridad y el desmoronamiento del laberinto de la mina San José. Sus dos mil 400 kilómetros de galerías, las oficinas equipadas con computadores y el olor de comida flotando en el aire fresco, todo está meticulosamente organizado y es familiar a algunas de las más avanzadas tecnologías de minería subterránea.

Los cimientos de Codelco fueron levantados en 1971, cuando Salvador Allende, un Presidente socialista, nacionalizó las minas de propiedad chileno­estadounidense. Aunque el general Augusto Pinochet derrocó a Allende en un golpe de estado años más tarde y luego instituyó reformas de libre mercado, no reprivatizó las minas. En cambio las fusionó en una sola empresa estatal, y exigió que un porcentaje de las ganancias de las exportaciones se entregara a las Fuerzas Armadas.

Hoy en día Codelco extrae un décimo del cobre mundial pero la participación mundial chilena ha caído de un 75% en 1990 a un 32% el año pasado.

Durante la década pasada, su producción se ha estancado en cerca de 1,6 millones de toneladas (aunque alcanzó cerca de 1,8 millones de toneladas el año pasado), mientras insumos más caros y exceso de personal han aumentado los costos. Su estancamiento es en gran parte culpa de los gobiernos pasados que, ávidos de ingresos fiscales, prontamente cambiaron el presupuesto de inversión de la compañía.

No se ha detenido una nueva mina, abierta en 2008, Gabriela Mistral, pero tampoco ha pasado lo suficiente como para mantener la producción en sus minas que están envejeciendo más allá de 2013. El Teniente necesita expandirse urgentemente a un nivel más profundo. Chuquicamata, una mina de cielo abierto en el norte de Chile, debe cavar más para mantenerse viable.

"Necesitamos crear un nuevo Codelco" dijo Sebastián Piñera a "The Economist". Necesita fondos, nueva organización y gestión. Está a favor de su inclusión parcial en la bolsa de valores, pero ha aceptado que cambiar la Constitución para conseguir esto es políticamente imposible. En su lugar, su gobierno buscará empujar a través de otros cambios.

La reforma del gobierno corporativo de Codelco comenzó el año pasado (como una condición para que Chile entrara a la OCDE, un club de países ricos). Su directorio ahora es más independiente del gobierno; los directores reclutaron a Diego Hernández, antes gerente de BHP Billiton, la compañía minera más grande del mundo, como el nuevo gerente general. Su prioridad es implementar un millonario plan de inversión a cinco años, incluyendo una nueva mina y la expansión de El Teniente y Chuquicamata. Esto debería incrementar la producción en 2,1 millones de toneladas para 2018.

Parte de este capital se puede pedir prestado. La mayoría de los analistas cree que Codelco puede con seguridad doblar su deuda actual.

Piñera dice que Codelco puede desarrollar alianzas estratégicas con empresas privadas para explotar algunas de sus reservas cupríferas, que son un tercio del total del país.

La firma también tiene activos no mineros (como acciones en compañías eléctricas) que se podrían vender. El gobierno planea permitir a Codelco retener más de sus ganancias (incluyendo el dinero que entrega a las Armadas). A principios de año Piñera rechazó la petición de Codelco de mantener un 30% de sus ganancias de 2009 en el entendido que el dinero se requiere para la reconstrucción posterior al terremoto de febrero pasado. Pero es probable que lo consiga con las ganancias de 2010, si acepta futuras reformas en pro de aumentar la eficiencia.

Con el precio del cobre de nuevo en los récords más altos después de la caída de 2008, el sector privado está listo para impulsar la inversión también. De acuerdo con la Corporación de Bienes de Capital, un grupo empresarial en Santiago, las firmas mineras privadas pueden invertir más de US$ 30 mil millones en Chile en los próximos cinco años, mayormente en proyectos de oro y cobre.

El 13 de octubre pasado, justo cuando los mineros eran sacados a la superficie, el Congreso chileno aprobó una propuesta gubernamental para aumentar los royalties pagados por las compañías mineras, de entre 4 y 5% en la actualidad a un máximo de 15%, para ayudar a pagar la reconstrucción posterremoto.

Las nuevas tarifas se introducirán gradualmente, y a cambio el Gobierno va a prolongar la vida útil de los acuerdos de estabilidad tributaria con las empresas. El lobby minero se ha quejado. Pero es poco probable que las empresas dejen de invertir. Aunque la mina San José ha cerrado ahora, el futuro de la Gran Minería chilena se ve brillante.

Su estancamiento es en gran parte culpa de los gobiernos pasados que, ávidos de ingresos fiscales, prontamente cambiaron el presupuesto de inversión (Economía & Negocios).

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