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Chile

14 de Octubre de 2010.- A las dos de la madrugada de ayer, el oftalmólogo jefe del Hospital Regional de Copiapó, Luis Salinas, salió de su casa en dirección a su trabajo para atender la llegada de los 33 mineros al recinto médico, un momento histórico que el especialista ya forma parte.

“La Intendencia me llamó a la zona cero para ayudar en el tratamiento ocular de los hombres atrapados. Le recetamos colirios y hoy me ha tocado atenderlos en su llegada al hospital donde me emocionó el ánimo de los hombres que incluso me reconocieron”, confesó Salinas.

El oftalmólogo cuenta que en el segundo y tercer piso del hospital regional las piezas están en penumbras y los televisores apagados, para evitar cualquier tipo de daño a la visión de los héroes de Chile.

“Como se había previsto los mineros presentan un fenómeno irritativo leve en sus ojos, producto del ambiente donde estuvieron atrapados. No han presentando problemas de ojos rojos o prurito alérgico en sus párpados, sus molestias han sido muy discretas y sólo apuntan a una sensación de arena en sus ojos y molestias a la luz”, explica el médico, que asegura que estos inconvenientes no durarán más de 24 horas, por lo que sólo se les está administrando lágrimas artificiales para lubricar su vista.

Rápida rehabilitación

Una excelente noticia que augura una rápida rehabilitación para los 33 mineros, que según explica Salinas hoy jueves estarían preparados para enfrentar de manera paulatina la luz solar, ver televisión y sacarse los anteojos con 100% de protección ultravioleta que los ha acompañado desde el momento que emergieron de las profundidades de la tierra.

“Es importante destacar que ellos nunca estuvieron en la oscuridad completa, tenían luz artificial de sus cascos y linternas que les permitían leer, escribir y hasta dibujar, por lo que los daños fueron mínimos. Además, los mecanismos de protección del globo ocular están indemnes según la revisión que hicimos y el reflejo pupilar los protegió del polvo en la mina. El daño se presenta sólo en la córnea, pero de manera insignificante”, añade el oftalmólogo que en sus 30 años de servicio en Copiapó ha tenido a más de la mitad de los mineros rescatados en su consulta.

El buen ánimo de los mineros sorprende a este especialista, sobre todo cuando se han detenido a agradecer por la atención a los funcionarios del recinto médico. “Estoy impresionado por la fuerza de nuestros hombres”, asevera La Nación).

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